Ordenan detener a 4 penitenciarios por la muerte de un preso

Por Gabriel Bermúdez CLARIN-

El juez de Garantías de San Martín Mariano Grammatico ordenó ayer la detención de 4 guardiacárceles de la Unidad 46 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) involucrados en la muerte de Patricio Barros Cisnero (26), quien estaba alojado allí y el sábado pasado a la mañana falleció luego de recibir una terrible paliza durante el horario de visita.

Los guardias –que fueron pasados a disponibilidad el miércoles– están acusados de un delito que se pena con prisión perpetua : “homicidio agravado por su condición de integrantes del servicio penitenciario”. El fiscal Carlos Insaurralde había pedido además el agravante de “alevosía”, que el juez desestimó. Ayer eran buscados por Gendarmería, que interviene en el caso desde el primer día.

Tal como informó Clarín en su edición de ayer, el asesinato (a trompadas, patadas y gas pimienta) de Barros Cisnero también les costó la cabeza al director, al subdirector y al jefe de Asistencia y Tratamiento de la Unidad , ubicada en San Martín. El joven había llegado a ese penal 15 días antes. Estaba preso desde los 18 años. En el 2006 un tribunal lo condenó a 16 años de prisión por diferentes robos a mano armada.

Patricio murió cerca de las 10.30 de la mañana del sábado. Su mujer Giselle (18 años, embarazada de 4 meses) lo había ido a visitar. El joven creía que iba a tener una visita conyugal y se enfureció cuando le dijeron que no tendría lugar .

“Se enojó porque no nos daban la pieza. Nos separaron. Yo me asomé al pasillo y no estaba. Entonces empecé a escuchar sus gritos, me pedía que lo ayudara . La última vez que lo vi, cuando me volví a asomar, estaba esposado, tirado en el piso boca abajo y los guardias le pegaban patadas y trompadas”, contó Giselle a Clarín .

El primer informe a la familia sobre lo sucedido lo hizo el SPB. En poco más de una carilla sostenía que el joven había atacado con una faca a un guardia y que, esposado, corrió hasta una reja y se golpeo contra ella hasta matarse.

Esa versión fue desacreditada por dos pruebas clave: la autopsia reveló que los golpes fueron de terceros y hay 3 testigos. “Son presos que el SPB citó avalando su informe; cuando se les dieron garantías de que nada les iba pasar , coincidieron con la denuncia”, dijeron fuentes del caso.

 

Muere un preso enla Unidad 46 San Martin

Diario Clarin fecha 03/02/2012

 

Patricio Barros Cisnero tenía 26 años y estaba preso desde los 18. En 2006, un tribunal lo había condenado a 16 años de prisión por reiterados robos a mano armada. Dio vueltas por muchos penales de la Provincia de Buenos Aires y murió, de forma violenta, en uno de ellos. Fue el sábado pasado, a la mañana, durante el horario de visita en la Unidad 46 de San Martín, dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense. Su mujer, Giselle (18 años, embarazada de 4 meses), vio cómo un grupo de guardiacárceles lo golpeaba ferozmente.

Un primer informe oficial quiso hacer pasar todo como una extrañísima muerte autoprovocada ( “se golpeó la cabeza contra las rejas” , dijeron los penitenciarios) pero en pocos días la investigación judicial demostró que lo habían matado a golpes . La autopsia fue contundente, y también el testimonio de tres presos que declararon ante el fiscal Carlos Insaurralde luego de que se les garantizara su seguridad.

Ante esto, el ministro de Seguridad y Justicia de la Provincia, Ricardo Casal, cortó por lo sano: ayer se supo que la cúpula de la Unidad 46 fue relevada de su cargo y que también se ordenó el pase a disponibilidad de cinco penitenciarios que participaron en el episodio .

“El director, el subdirector y el jefe de Asistencia y Tratamiento fueron separados de sus funciones. A eso se suma la disponibilidad del personal involucrado. Todos están bajo sumario administrativo además de la investigación que lleva adelante la Justicia”, confirmó a Clarín Cesar Albarracín, subsecretario de Política Criminal e Investigaciones Judiciales del Ministerio. Ayer, tanto Albarracín como Casal se reunieron con la familia de Barros Cisnero, que convocó a una manifestación en la puerta del penal para mañana a partir de las 8.

Patricio Barros Cisnero había llegado a la Unidad 46 en enero, luego de peregrinar por otras cárceles bonaerenses. Contaba con un antecedente pesado: su hermano Diego, también preso, había denunciado que guardiacárceles de la Unidad 48 (integrante del mismo complejo carcelario que las Unidades 46 y 47) le facilitaban salidas para que robara para ellos .

Patricio había sido alojado en un sector de aislamiento hasta tanto se decidiera su destino dentro de la Unidad 46. El sábado estaba convencido de que tendría una visita conyugal con su pareja, que lo había ido a ver. El lío arrancó cuando los guardias le dijeron que no tenía destinada ninguna celda para un encuentro a solas.

“Patricio se enojó porque no nos daban una pieza. Nos separaron. Yo me asomé por el pasillo y no lo vi más. Entonces empecé a escuchar sus gritos, me pedía que lo ayudara”, contó Giselle a Clarín . “La última vez que lo vi estaba esposado, tirado en el piso boca abajo y un grupo de guardias le pegaba patadas y trompadas. Le salía espuma de la boca y después supe, por el informe que nos dieron, que le habían tirado gas pimienta”, agregó la chica.

Media hora después de eso, cerca de las 10.30 de la mañana del sábado, un penitenciario (que Giselle cree que es el subdirector de la Unidad) le informó que Patricio estaba muerto. Ella sólo atinó a llamar a los hermanos del joven. Advertido por otros presos de la cárcel, también fue al lugar Juan Manuel Casolati, secretario de Ejecución Penal de la Defensoría General de San Martín, quien aportó los primeros datos que contradecían la versión oficial.

“Cuando nos llamó Giselle, fuimos volando a la Unidad y nos metimos en la oficina del subdirector. Ese hombre sólo movía la cabeza, no tuvo el valor de decirnos en la cara que habían matado a mi hermano”, contó a Clarín Angel Barros Cisnero (27). El y sus hermanas, Lorena (32) y Gisela (28), recién pudieron ver el cuerpo de Patricio al día siguiente, en la morgue de Lomas de Zamora. Allí sacaron fuerzas y tomaron fotos que muestran la terrible paliza que sufrió el joven.